¿Cuál es la Iglesia verdadera según la Biblia?

En el mundo numerosas iglesias afirman creer en Dios; pretenden tener la verdad de la salvación. Pero, conducen a muchas personas al camino incorrecto. Entonces ¿cómo podemos distinguir cuál es la verdadera iglesia de ellas?

La parábola del trigo y la cizaña

Dios nos hizo saber cómo reconocer a las falsas iglesias, a través de la parábola del trigo y la cizaña.

Mateo 13:24-30 “Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña. Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña? Él les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos? Él les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero.”

Cuando Jesús vino a la tierra hace dos mil años, nos dio una profecía muy importante; mediante la parábola de el trigo y la cizaña. Él profetizó acerca de la verdadera iglesia de las falsas iglesias y cómo aparecerían la verdad y la falsedad. Él mismo explicó esta parábola.

Mateo 13:36-42 “Entonces, despedida la gente, entró Jesús en la casa; y acercándose a él sus discípulos, le dijeron: Explícanos la parábola de la cizaña del campo. Respondiendo él, les dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre. El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo. El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores son los ángeles. De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así será en el fin de este siglo. Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad, y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.”

El dueño les dijo que dejaran crecer juntamente el trigo y la cizaña hasta el fin de los tiempos; por lo tanto, la cizaña y el trigo coexisten en este mundo hasta el fin de los tiempos. Y en la interpretación la cizaña son los que hacen iniquidad. ¿Qué es la iniquidad? En la Biblia, el estándar para distinguir el bien y el mal es la ley de Dios. Por lo tanto la iniquidad significa la violación de la ley de Dios.

Jesús sembró la verdad del trigo en esta tierra hace dos mil año. Pero sobre ella Satanás sembró la cizaña y guía al mundo entero por el mal camino. Pero la Biblia ya había profetizado que algunos se rebelarían contra la verdad que Dios estableció para nosotros.

2 Tesalonicenses 2:3-4 ”Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios.”

Aquí está escrito que la apostasía sucederá primero; de este modo Dios profetizó que un grupo de personas se levantarían contra Dios para impedir lo que las personas guardaran las leyes de Dios.

Mateo 7:21-23 ”No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.”

También los hacedores de maldad, es decir, los que violan la ley de Dios, se parecen al pueblo de Dios porque profetizan, echan fuera demonios y hasta hacen milagros. Sin embargo, los que violan la ley de Dios nunca pueden entrar en el reino de los cielos aunque parezcan cristianos. Es como el campesino que no lleva la cizaña a su granero, sino que solo la quema.

Mediante esta profecía, podemos entender que la iglesia que no sigue las leyes de Dios en estos días, es la cizaña.

La verdad de la época apostólica, nos muestra cuál es la Iglesia verdadera

La Biblia nos dice que todas las iglesias deben regresar al tiempo en que la cizaña aún no se había sembrado, y guardar la verdad y la fe de la Iglesia primitiva.

Efesios 2:20 ”Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo.”

Nuestra fe debe ser edificada sobre el fundamento de Jesús y los apóstoles. Para comprender cuál es la Iglesia verdadera debemos regresar a la verdad perfecta de la época apostólica, en la que los apóstoles aprendieron directamente de Jesús. Entonces, ¿qué verdades se guardaban en esos días?

Las verdades de la Iglesia primitiva son las siguientes.

Día de Reposo (Lc. 4:16, Hch. 17:2)
Pascua  (Mt. 26:17-19, Mt. 26:26-28)
Regla del Velo (1 Co. 11:1-6)
Día de Pentecostés (Hch. 2:1-4)
Fiesta de Los Tabernáculos (Jn 7:2-37-39)

Jesús y los apóstoles guardaban el Día de Reposo, la Pascua, la regla del velo, el Día de Pentecostés y la Fiesta de los Tabernáculos antes de que se sembrara la cizaña. Entonces ¿cuál es la Iglesia verdadera como el trigo? La Iglesia de Dios guarda todas estas verdades puras; el Día de Reposo, la Pascua, la regla de velo, el Día de Pentecostés y la Fiesta de los Tabernáculos. Todos los que guardan estas verdades son los hijos del reino de los cielos como el trigo de la parábola.
En estos días, muchas iglesias lucen espléndidas, pero en realidad violan la ley de Dios. Esas iglesias son la cizaña de la parábola. Lo que el campesino quiere no es la cizaña, sino el trigo, aunque se vea débil y pequeño. Aunque la iglesia que practica la verdad se vea como la puerta pequeña y el camino angosto, tenemos que entrar por ella para recibir la salvación. Sigamos la verdad de la época apostólica en la Iglesia de Dios y entremos en el granero celestial como el trigo.