Pacto y la Fe

01 de Noviembre de 2022
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Existe un pacto entre Dios y la humanidad. Muchos en el mundo afirman que pueden ser salvos bajo diferentes métodos. Sin embargo, solo podremos ser salvos si guardamos el pacto y la fe en Dios. Ahora, tomémonos un momento para pensar qué importantes son el pacto y la fe que Dios nos ha dado a los seres humanos.

El pacto de Dios directamente relacionado con la fe y salvación

En los mandamientos de Dios que Jesús guardó para mostrarnos ejemplo, está la promesa de Dios de que la salvación vendrá a aquellos que los guarden en la fe. Sus mandamientos son el pacto y la fe que Dios nos ha enseñado.

Gálatas 1:6-10 “[…] un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.”

El evangelio es el pacto y la fe que Dios nos ha brindado. “Un evangelio diferente” es el resultado de quebrantar arbitrariamente el pacto de Dios. Él ha establecido ciertas leyes en este pacto para nuestra salvación como: “Acuérdate del Día Reposo para santificarlo”; “Si comen el pan y beben el vino en la noche de la Pascua, prometo darles vida eterna”, y muchos más. Dios escribió estas leyes como promesas en la Biblia, para que los hombres que están ciegos espiritualmente puedan tener fe en Dios.

Apocalipsis 22:18-19 “Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro.”

Dios nos ordenó a no añadir, ni quitar de las palabras de la Biblia. Por ende, solo debemos guardar con fe el pacto prometido por Él para nosotros. Debemos examinar las palabras de la Biblia para poder saber si estamos llevando o no nuestra vida de la fe según la promesa de Dios. La pascua es el nuevo pacto establecido por Dios mismo.

Juan 6:53-54 “Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.”

Jesús dice que los que no comen su carne, ni beben su sangre no tienen vida. Dios ha prometido darnos vida cuando comamos la carne y bebamos la sangre del Hijo del Hombre.

¿A qué se refería Jesús como su carne y su sangre?

Mateo 26:17-18 “El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, vinieron los discípulos a Jesús, diciéndole: ¿Dónde quieres que preparemos para que comas la pascua? Y él dijo: Id a la ciudad a cierto hombre, y decidle: El Maestro dice: Mi tiempo está cerca; en tu casa celebraré la pascua con mis discípulos.”

El pan de la Pascua es su carne y el vino de la Pascua es su sangre. Esto significa que sin guardar la Pascua no podremos dirigirnos a la vida eterna que Dios nos ha prometido. Seguir las enseñanzas de Dios es el camino para la vida eterna y la salvación, y la fe verdadera.

Jeremías 31:31-34 “He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.”

El nuevo pacto tiene sorprendentes e ilimitadas bendiciones de Dios para sus hijos que lo guarden con fe.

El Día de Reposo es un pacto de Dios

El Día de Reposo que ahora estamos guardando también es un pacto de Dios.

Ezequiel 20:11-21 “[…] y les di mis estatutos, y les hice conocer mis decretos, por los cuales el hombre que los cumpliere vivirá. Y les di también mis días de reposo, para que fuesen por señal entre mí y ellos para que supiesen que yo soy Jehová que los santifico. Mas se rebeló contra mí la casa de Israel en el desierto; no anduvieron en mis estatutos, y desecharon mis decretos, por los cuales el hombre que los cumpliere, vivirá; y mis días de reposo profanaron en gran manera; dije, por tanto, que derramaría sobre ellos mi ira en el desierto para exterminarlos.[…] Con todo, los perdonó mi ojo, pues no los maté, ni los exterminé en el desierto; antes dije en el desierto a sus hijos: No andéis en los estatutos de vuestros padres, ni guardéis sus leyes, ni os contaminéis con sus ídolos. Yo soy Jehová vuestro Dios; andad en mis estatutos, y guardad mis preceptos, y ponedlos por obra; y santificad mis días de reposo, y sean por señal entre mí y vosotros, para que sepáis que yo soy Jehová vuestro Dios. Mas los hijos se rebelaron contra mí; no anduvieron en mis estatutos, ni guardaron mis decretos para ponerlos por obra, por los cuales el hombre que los cumpliere vivirá; profanaron mis días de reposo. Dije entonces que derramaría mi ira sobre ellos, para cumplir mi enojo en ellos en el desierto.”

En el Día de Reposo alabamos a Dios y examinamos nuestra relación con Él. A través de este día grabamos en nuestro corazón que el Dios Creador, que hizo todas las cosas, es nuestro Padre y nuestra Madre celestiales.

Pero el evangelio, que es un pacto que Dios ha hecho con nosotros, empezó a ser cambiado gradualmente por Satanás, aproximadamente al final de la época apostólica, y fue completamente abolido en el siglo IV. El Día de Reposo fue cambiado por el domingo en el año 321 d.C., y la Pascua fue abolida en el año 325 d.C.

Por esta razón, El Padre y la Madre celestiales han venido a esta tierra para restaurar todas las verdades del nuevo pacto que habían desaparecido. Enseñarán todas las leyes, decretos y estatutos que se habían perdido.

Proclamaremos el pacto de Dios

Para reformar el orden del universo y salvar a sus hijos, Dios, nos ha pedido que jamás añadamos, ni quitemos de las palabras de la Biblia, ya que está escrito que si alguno predica un evangelio diferente del que Cristo nos enseñó, no tendrá más remedio que entrar en el camino de la maldición.

Debemos tomar como nuestro estándar de vida las palabras de la Biblia, que nos guían a la a salvación. La fe verdadera es aceptar todo lo que Dios nos ha dicho, deshaciéndonos de nuestros propios pensamientos. La palabra de Dios es una garantía absoluta que apoya nuestra fe y asegura nuestra salvación.

El Padre y la Madre nos han dado este gran entendimiento y la salvación guiándonos a la verdad del nuevo pacto. Por esta razón, demos gracias, gloria y honra eternas a nuestro Padre celestial, Cristo Ahnsahnghong y a nuestra Madre Celestial, Nueva Jerusalén por brindarnos el nuevo pacto.